Llegaba tarde, para variar. Aun no se había maquillado, no estaba peinada y mucho menos tenía en mente que se iba a poner.
Abrió su armario y decidió que su "look" esta noche sería desaliñado con un cierto toque "nu-rave".
Atrevida pero celestial, siempre con un cigarro en la mano, que le daba un toque a la algo enfermiza pero espléndida Edie.
Esa noche decidió dejar su piso y entregarse a la noche. Já, la noche. Un local oscuro lleno de artistas y locos, drogas y descontrol. Gente que no sabía que es el día. El paraíso para ella.
Cerró la puerta de su céntrico piso y metió la llave en el botín. No llevaba abrigo, siempre le pareció que el frió le sentaba bien.
Estiró la mano para pedir un taxi, pero ya no habían a esas horas.
Llovía, y llegó al local empapada.
Fría, desaliñada y empapada. Ella era como un soplo de aire fresco.
Allí estaba él, tan excentrico como siempre.Muchachas feas drogadas, muchachas lindas drogadas. Nada nuevo, nadie a quien robar su encanto.
Estaba en la esquina del Club, mirando hacia la puerta, aburrido de la noche de New York, que para él se había convertido ya en rutina.
Ahí estaba ella, entró con un golpe lleno de carácter, cuerpo escultural, atrevida y oh! Dios mío, que bien le sentaba ese cigarro que se movía en su boca, mientras hablaba, haciendo círculos.
Pasó fugazmente por delante de él, ni si quiera le percibió y se dirigió sin pensarlo a la barra y cogió con esas manos blancas un vaso. Cristal ancho y whisky dentro.
Su mamá siempre dijo que era homosexual. A él no le importaba, que iba a esperar de una familia de burgueses que tenían un hijo artista. Ellos nunca entendieron su arte, la grandeza de su obra. Solo pensaban que estaba loco , que era un pobre niño traumatizado, enganchado a las drogas desde pequeño, por un accidente, malas compañías. Necesitaba la droga para poder sacar ese algo de dentro de él, eso que llamaba arte. Apenas le prestaban dinero. Joder, era su único hijo y estaba viviendo en un tugurio, rodeado e de ratas y cucarachas, pasando hambre y sobreviviendo a base de exponer en galerías, donde prácticamente regalaba sus obras. Siempre dijo que la calle era el mejor lugar para exponerse, el único sitio donde comprendían aquello que hacía.
Pasaba las noches esperando a su vida regresar, ese sueño por el cual abandonó su fácil y acomodada vida, en los brazos de papá y mamá que le daban todo lo que quería.
De pequeño Dave se encerraba en su cuarto con un bloc de notas, un lápiz desafilado y una linterna, de ahí salían cosas que nadie se explicaba. Cerraba los ojos y hacía realidad todo aquello que soñaba. Podía imaginar a la muchacha más bella del mundo y en unos instantes la tendría frente a él, pero nunca, nunca imaginó nada tan perfecto como lo que tenía miraban sus ojos. Ni con el mejor chute de heroína podría haber imaginado tal perfección. Tan enfermiza, tan perfecta… Allí estaba ella, su sueño, su meta.
Ahora, solo tenía que hacerla suya.
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6 comentarios:
lo escribiste tú? :O
pues me parece genial. :)
y sí, hay que quedar.
besosososos amorososososos
sorpresa tengo un blog, y aun no ha sido boicoteado por los pescadores neozelandeses
lo es y es la mejor cancion de anuncio que pueda haver xD
sxi sexi sexi sexi sexi sexi(como en la cancion feedback de beyonce)
*haber
que bueno xDD
si no estuviera cenando me reiria mucho
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